El Reino Unido y Turquía viven un escándalo que ha conmocionado a las dos naciones.
Lo que empezó siendo unas bonitas vacaciones en familia, terminó en una tragedia que expone prácticas oscuras en el sistema de salud turco.
1. Comenzó a 'delirar' en Turquía
Beth, su esposo Luke y sus dos hijos viajaron a Turquía para disfrutar unas merecidas vacaciones familiares.
Sin embargo, horas después de aterrizar, Beth comenzó a sentir un malestar generalizado del cuerpo.
Luke la llevó a un hospital público, donde le diagnosticaron ‘intoxicación alimentaria’ y le dijeron que guardara reposo.
Al día siguiente, la condición de Beth empeoró, comenzó a delirar, por lo que Luke volvió a llevarla al hospital.
2. Lo acusaron de 'envenenarla'
El personal del hospital comenzó a portarse distante con Luke.
Nadie le daba detalles sobre el estado de Beth, sólo le decían que tenía “algo mal en el corazón”.
De pronto llegó un grupo de policías que empezó a interrogarlo, acusándolo sin pruebas de haber envenado a Beth.
3. No sabían que Beth era alérgica
Un día después de la hospitalización, los médicos le preguntaron a Luke si Beth era alérgica a algo.
Luke respondió que ya le había dicho a los paramédicos que era alérgica a la penicilina.
Cuando Luke les volvió a decir, los médicos reaccionaron atónitos, porque llevaban horas tratándola.
4. Le informan la muerte de Beth
Tras dos días de evasiones del hospital, le hicieron firmar un documento escrito en Turco.
Sin saberlo, Luke estaba firmando un acta que decía que Beth había muerto a las 9 am, y lo obligaron a pagar $2,000 dólares.
Horas después, le informaron que Beth había muerto de un paro cardíaco por falla multiorgánica.
5. Se apresuraron a enterrarla en Turquía
Las autoridades, le dijeron a Luke que habían programado un entierro al día siguiente.
Naturalmente, Luke se negó y realizó decenas de trámites para repatriar el cuerpo al Reino Unido.
Finalmente, las autoridades le entregaron el cuerpo en una bolsa y le prohibieron ‘hacer contacto’ con el mismo.
6. El corazón perdido...
Luke y sus hijos regresaron destruidos al Reino Unido, pero su calvario no terminó ahí.
Luego de una autopsia, los médicos determinaron que el corazón de Beth había sido extraído.
Las autoridades británicas comenzaron una investigación, bajo sospechas de negligencia médica y tráfico de órganos en el hospital turco.
