10 Razones por las que los “Castillos Medievales” eran los peores lugares para vivir

Tenemos el concepto erróneo de que los castillos eran fortalezas de lujo y confort.

Sin embargo, estos atributos eran disfrutado sólo por muy pocos y la mayoría de sus habitantes odiaban vivir ahí.

1. Los castillos olían horrible

La servidumbre no tenía una buena higiene y los baños podían contaminar pasillos enteros.

Lejos de ser lugares glamorosos, algunos sectores de los castillos apestaban horriblemente.


2. Los castillos siempre estaban abarrotados de gente

Los castillos no eran lugares muy privados para sus habitantes.

Los propietarios no sólo estaban acompañados de los empleados y sus familias, sino tambien por los “Lords” y “Ladys” de las familias reales, que podían ver lo que la realeza hacía y saber todos sus secretos.


3. Torturaban a gente todo el tiempo

Todo castillo tenía un calabozo que siempre tenía uno que otro prisionero desafortunado.

Los habitantes de los castillos tenían que vivir con la idea de que se estaban torturando a personas a escasos metros de sus dormitorios.


4. Tenías que convivir con ratas

Los castillos eran oscuros, fríos y húmedos, haciéndolos el hogar perfecto para las ratas.

Todos los castillos tenían ratas y la gente estaba acostumbrada a verlas pasar por sus dormitorios, comedor y lugares de esparcimiento.


5. La gente tomaba vino porque el agua era demasiada sucia

Los castillos tenían litros y litros de vino, pero no era por una razón divertida.

El agua que solía almacenarse en estos lugares era demasiada sucia y la gente prefería embriagarse a tomar agua de baja calidad.


6. El agua de ducha solía "reciclarse" entre la servidumbre

Al contrario de la creencia popular, a las personas medievales les gustaba bañarse, sólo que no siempre tenían acceso a agua limpia.

Debido a esto, la servidumbre debía compartir el agua de la bañera con otros compañeros.

Tenías suerte si te tocaba bañarte primero y los menos afortunados preferían no bañarse en lo absoluto.


7. Las ventanas eran diminutas

Los castillos eran fortalezas construidas para resistir ataques, por lo que no se podían dar el lujo de tener ventanales gigantes.

La mayoría de las habitaciones tenían ventanas pequeñas donde apenas llegaba la luz solar, convirtiéndolas en un lugar frío y húmedo.


8. Los pisos de los castillos eran asquerosos

Imagínate tener cientos de personas caminando, comiendo, cabalgando por un piso que jamás ha sido limpiado.

Con el paso del tiempo, los pisos de los castillos medievales se volvían llenos de grasa y de materia orgánica de todo tipo.

Algunos castillos esparcían hierbas en el piso para darle un aroma a “limpio”.


9. Todas las escaleras eran de caracol

Si eres de las personas que odia este tipo de escaleras, probablemente no te hubiese gustado vivir en un castillo.

Estas escaleras eran parte de la arquitectura defensiva que tenían los castillos.

Si un enemigo subía las escaleras, no podía blandir su espada cómodamente a diferencia de la persona que estaba bajando.


10. La gente vivía con la paranoia de ser atacado

Vivir en un castillo significaba que podías ser atacado en cualquier momento, por enemigos que ni siquiera eran los tuyos.

Los aldeanos tenían más posibilidades de escapar en caso de ataque.


Frankie

Soy Frankie y me encanta hacer estos artículos a diario desde hace 10 años. Mi gata 'Snowy' es la CEO de Notinerd.
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