Winthrop Niles Kellogg (1898-1972) era un psicólogo recién graduado de Estados Unidos, cuando en los años 30s decidió realizar un impactante experimento.
Niles decidió usar a su hijo Donald, de unos meses de nacido, para poner a prueba una teoría:
El experimento pretendía explicar, cuándo y por qué, se producen las diferencias entre el humano y el animal:
El experimento tenía como objetivo discernir cuándo precisamente se creaba esa brecha que, racionalmente, separaba al humano del animal.
Él creía que, si un primate vivía en un entorno humano, llegaría a comportarse como un niño humano.
Para llevar a cabo el experimento, él y su esposa decidieron utilizar a su hijo de 10 meses:
El doctor Kellogg y su esposa, Luella Dorothy, no dudaron en utilizar a su hijo Donald, que tan solo tenía 10 meses en ese momento.
Donald y una chimpancé de 7 meses, llamada Gua, fueron criados como hermanos en nombre de la ciencia.
Donald y Gua usaban la misma ropa:
Parte fundamental del experimento consistía en tratar al niño y a la chimpancé, exactamente igual.
Por ello, Donald y Gua usaron la misma ropa durante todo el experimento (inicio 26 de junio de 1931).
Los "hermanos" también compartían sus juguetes:
Otra parte importante del experimento consistía en el uso de los juguetes, Donald y Gua debían jugar juntos para que, de esta forma, desarrollen distintas habilidades motoras e intelectuales.
De esta forma observarían la evolución de ambos, buscando finalmente el momento exacto, en que el animal y el humano llegan a distanciarse en lo que concierne al aprendizaje y el lenguaje.
El experimento duró solo 9 meses, aunque se tenía planificado que durara 5 años:
El Dr. Kellogg y su equipo tenían pensado continuar con el experimento por un total de 5 años, continuando con la crianza similar, que también incluía castigos.
Un equipo de científicos evaluó en ambos: comportamiento social, afectivo y emocional, comportamiento alimenticio, locomoción, comunicación, lenguaje e inteligencia.
El resultado sorprendió a todos, Gua se comportaba como humano, y Donald como simio:
La capacidad de adquirir conocimientos era superior en Gua, la chimpancé consiguió mayor destreza motora, mayor equilibro y comprensión del lenguaje.
Donald, al observar que Gua era superior a él, lo tomó como líder y siguió el ejemplo de su comportamiento.
Donald comenzó a gruñir y morder, el niño solo podía articular un par de palabras:
Cuando normalmente los niños de su edad pueden pronunciar 50 palabras, Donald solo decía 3.
Para comunicarse, Donald optaba por gruñir, morder, e incluso jadear para pedir algo.
Gua comía con cubiertos, y aprendió a ir al baño sola:
Gua aprendió rápidamente a completar diferentes tareas, seguir órdenes de mejor forma que Donald, además de comer con cubiertos e ir al baño sola.
También aprendió a dar besos, y pedir perdón. Algunos de estos comportamientos no fueron aprendidos por Donald.
El Dr. Kellogg decidió terminar el experimento, por primera vez, sintió que su hijo corría peligro:
Luego de 9 meses, el Dr. Kellogg notó que si el experimento continuaba, Donald tendría serios problemas para el lenguaje y comportamiento propios de un humano.
Admitió también que Donald sufriría secuelas en el futuro, producto del experimento.
Gua fue devuelta a un centro de animales, y falleció un año más tarde:
Luego de dar por terminado el experimento, Gua fue devuelta a la estación de Orange Park, lugar en el que se reencontraría con su madre.
Allí había otros chimpancés en cautiverio, y aunque se esperaba un mejor final para ella, Gua no se adaptó adecuadamente, y un año después falleció.
Donald se graduó como médico, pero se quitó la vida a los 43 años:
Donald Kellogg logró corregir su comportamiento animal, creció y siguió los pasos de su padre en el área psiquiátrica.
Donald se quitó la vida en enero de 1973, (un año antes, sus padres habían fallecido) aunque muchos consideran que la decisión de Donald se debió a los traumas de su pasado, se desconoce la razón de su decisión.
Anisk
Mi nombre es Ana, me encanta escribir post de curiosidades e historias sobre casos reales y misteriosos, Snowy también es mi gata, y estamos obsesionados con ella.La DEPRAVADA Fiesta De Madame Rothschild