Que un país esté definido por sus obsesiones puede parecer extraño, pero esto es justamente lo que pasó con estos 10 países.
Sus extrañas obsesiones los pusieron en un listado, y sus ciudadanos se muestran orgullosos de ello:
1. Los Rusos están obsesionados con NO SONREÍR:
En especial las personas famosas. El psicólogo Kuba Kyrs, determinó a través de un estudio, que los Rusos, consideran a las personas sonrientes, con poca inteligencia y honestidad.
El estudio también determinó que mientras la sociedad es más corrupta, los residentes del país perciben la sonrisa de sus políticos con rechazo, pues la sensación de confianza se debilita.
2. China está obsesionada con la gente que cruza la calle sin mirar:
Si cruzas la calle cuando no debes, toman una foto tuya y la colocan en una pantalla gigante para que todos la vean.
Si deseas que la quiten, existen dos opciones, ayudar a un oficial de tráfico por 20 minutos o pagar una pequeña multa.
En la ciudad de Daye, fueron más lejos, tienen un sistema automático que rociará agua a los pies del infractor, su obsesión se debe a que en 2013, se registraron 260,000 fallecimientos por accidentes de tráfico.
3. Irán está obsesionado con las NARICES PERFECTAS:
En Irán existe el porcentaje más alto de operaciones de rinoplastia comparado con otros países (incluso 7 veces mayor que EEUU).
Esto se debe a qué mujeres y hombres Iraníes tienen una nariz bastante prominente, el uso del hiyab que les obliga a cubrirse el cuerpo y el cabello en lugares públicos.
La cirugía es tan aceptada, que quienes se someten a ella no lo ocultan, es más muestran con orgullo y sin complejos su nariz vendada.
4. Taiwán está obsesionada con las máquinas de garra:
En los últimos dos años estas máquinas se han triplicado, y se convirtieron en un fuerte ingreso fiscal para la industria del entretenimiento.
Muchos taiwaneses creen que la obsesión por ganar se debe a que los premios son de gran valor, y el costo por intentar conseguirlos es de menos de $1 dólar, ellos lo ven como “un barato entretenimiento de inversión”
Algunos de estos premios son un tanto extraños.
En las máquinas de garra puedes ganar desde almohadones con fotos de extraños, latas de comida y pegamento.
Prácticamente todo lo que necesites, puedes ganártelo en una máquina de garra.
5. Paraguay está obsesionado con un ex presidente Estadounidense que los americanos desconocen:
Rutherford B. Hayes (decimonoveno presidente EEUU) abogó a favor de Paraguay, cuando Argentina intentó reclamar el Chaco, una vasta región al norte de Paraguay.
En aquel entonces (1877) no existía una Corte Mundial o la ONU para resolver disputas entre dos países, así que ambas naciones pidieron al presidente que resuelva la disputa, este le dio a Paraguay el 60% de su territorio actual y ayudó a garantizar la supervivencia de la nación.
6. Islandia tiene una extraña obsesión con el regaliz:
En cualquier tienda o supermercado encontrarás que el 75 % de los dulces contienen regaliz, así como el vodka y otros licores.
Esto se debe a la escasez de granos y miel, por ello el regaliz, que contiene más sacarosa comenzó a predominar.
7. Argentina está obsesionada con el psicoanálisis:
Modesto Alonso (psicólogo e investigador) determinó que existen 194 psicólogos por cada 10,000 personas en Argentina, mientras que EEUU ocupa el cuarto lugar con 29 por cada 10,000.
¿Pero a qué se debe esta obsesión? Algunos consideran que “sus raíces están desgarradas” pues tienen una gran población inmigrante que “tiene una identidad confusa con mucha tristeza”
8. Dinamarca está obsesionada con la comodidad:
Incluso inventaron la palabra “Hygge” que significa “comodidad y convivencia que genera una sensación de satisfacción o bienestar”.
El invierno es la época más “Hygge” del año, afuera hace frío, adentro puedes usar tus calcetines de lana y estar frente a la chimenea mientras disfrutas de un chocolate caliente y acaricias a tu gato o lees un libro.
9. Australia está obsesionada con los apodos:
A los Australianos les gusta acortar todo, desde palabras simples o frases que describen una acción especifica, hasta nombres.
Esto se debe a un rechazo a la formalidad y sentir más cercanía y compañerismo con quienes se rodean.
