La historia de Genie, la “niña salvaje” que fue encerrada por su padre hasta sus 13 años

La historia de Genie, es considerada una de los casos más graves de abuso infantil de la historia.

Su triste y dramática vida estuvo repleta de odio, encierro y abusos por parte de su padre, quien decidió encerrarla en una habitación desde que era una bebé.

Clark Wiley, el padre de Genie, era un hombre traumatizado por su pasado:

Clark tuvo una vida repleta de abandono y malos tratos, fue criado en varios orfanatos, y pasó por diversas familias de adopción en Estados Unidos.

Su madre dirigía un burdel, y esta visitaba a su hijo en ocasiones especiales. Clark guardaba mucho resentimiento, y comenzó a mostrar graves problemas de ira.

Cuando fue adulto, decidió unirse como soldado a la Segunda Guerra Mundial, y esta experiencia, le provocó aún más traumas en su vida.


Se casó con Irene Oglesby, una humilde inmigrante sin educación:

Irene era 20 años más joven que Clark, y fue diagnosticada con una enfermedad degenerativa del ojo, a esto se le sumaron cataratas severas que la dejaron prácticamente ciega, y la hicieron más dependiente de su abusivo esposo.

A Clark no le gustaban los niños, pues los consideraba ruidosos y molestos, lamentablemente su mujer se quedó embarazada 4 veces; el primero en nacer, fue abandonado en el garaje y a las pocas horas perdió la vida por el intenso frío.

El segundo falleció por complicaciones con el parto, luego nació Jhon y cinco años después Genie (1957), a quien ni siquiera se molestaron en darle un nombre.


El fallecimiento de la abuela paterna de Clark, fue el detonante para todo:

Al parecer, la única persona que le brindó un poco de amor a Clark, fue su abuela paterna, a quien estimaba mucho.

Lamentablemente, esta fue atropellada por un conductor en estado de ebriedad (!958), y esto provocó que Clark le tenga miedo al mundo exterior, tomando la terrible decisión de encerrar a su familia para “protegerla”.


Cuando Genie tenía 22 meses de nacida, su padre decidió atarla, y encerrarla en una pequeña habitación:

Encadenada a una silla con orinal, Genie pasó la mayor parte de su infancia y adolescencia en una oscura habitación, aislada del mundo, de los sonidos, de la luz del día y del contacto humano, pues su padre la consideró “discapacitada mental”.

Durante su cautiverio, Genie solo podía observar parte del cielo a través de un pequeño espacio en una de las ventanas, pues toda la habitación estaba blindada con una chapa de metal.


Genie no tenía permitido hacer ningún tipo de ruido pues era castigada con golpes:

Debido a que Clark detestaba el ruido, le había prohibido a Genie hacer el mínimo intento de hablar o generar algún sonido, si lo hacía, era castigada de manera violenta.

El terrible padre la alimentaba con una dieta blanda, usualmente huevos pasados, comida para bebés, cereales y agua.


Para dormir, la encerraba en una cuna, y la amarraba en una especie de saco de dormir:

A la pobre Genie, no se le permitía descansar cómoda, y solo era capaz de mover un poco las manos y los pies, pues permanecía la mayor parte del tiempo amarrada a su pequeña silla.

También fue privada de escuchar lenguaje alguno, pues su padre no se comunicaba con ella, solo le gruñía como un perro para causarle miedo, y lo único que lograba escuchar, eran las peleas que Clark y su esposa tenían, además de los golpes que tanto Irene como Jhon, recibían.


Tanto a Irene como a Jhon, se le prohibío hablar entre ellos, y peor aún con Genie:

Clark era tan controlador, y estaba tan obsesionado con el silencio, que les había prohibido a Irene y a John, mantener conversaciones sin su consentimiento, tampoco tenían permitido visitar a Genie.

Para provocar miedo en ellos, Clark se paseaba por la casa todo el día, con un arma en la mano, y los amenazaba constantemente para dejar en claro “quién mandaba”.


Jhon decidió huir, y tiempo después, Irene siguió los pasos de su hijo, rescatando a Genie de 13 años:

Jhon en ese momento ya había cumplido 18 años, y después de huir de esa terrible prisión, se mudó a casa de unos amigos, pero no realizó una denuncia en contra de su padre.

Irene agotada por la situación, y en total estado de ceguedad, decidió solicitar una ayuda social para no videntes, pero afortunadamente se equivocó de oficina y la recibieron en servicios sociales, quienes alertados por la apariencia de Genie, decidieron intervenir la casa.


Durante la intervención, tanto el padre como la madre de Genie, fueron arrestados:

Cuando descubrieron a Genie, todos pensaron que la niña tenía un máximo de 6 años, pues su desarrollo físico fue tan pobre, debido a la mala nutrición que su padre le proveía, que a sus 13 años, sufría malnutrición y era muy baja para su edad.

Esto fue suficiente para acusarlos de maltrato y abuso infantil.


Clark decidió quitarse la vida con un disparo, antes de ir a juicio:

Clark sorprendió a todos cuando, un día antes del mediático juicio, se quitó la vida con un disparo, dejando una nota que decía:

“El mundo nunca lo entenderá”

Irene quedó libre de cargos, pues el juez determinó que había sido una víctima más de Clark, pero se le retiró la custodia de Genie.


Lamentablemente, Genie luego se convirtió en una especie de conejillo de indias para los médicos:

Desde el primer momento, Genie fue estudiada por un equipo de médicos y psiquiatras para fines científicos.

En ese momento se buscaba la respuesta a la pregunta ¿Nuestro comportamiento es innato o aprendido?

También se investigaba el origen y desarrollo del lenguaje en nuestra especie, y esto la convirtió en el conejillo de indias perfecto.


Los científicos determinaron que Genie sufría un retraso mental grave y deficiencias psicomotrices:

También sufría problemas de aprendizaje y de memoria, pero en pocos meses aprendió varias docenas de palabras, aunque se limitaba a usarlas.

A pesar del esfuerzo de enseñarle a conjugar frases, solo lograban que diga palabras sueltas como “naranja”, “madre” o verbos como “ir”.

Esto reforzó la teoría de los expertos sobre la existencia de periodos sensibles o críticos para desarrollar una capacidad concreta, en este caso, el lenguaje hablado.

“La falta de estimulación, causa que el cerebro se atrofie y no se desarrolle adecuadamente, como Genie casi nunca escuchó a nadie hablar, esa parte de su cerebro se quedó más pequeña, desconectada, y nada funcional”


Actualmente Genie tiene 64 años, y nadie sabe de su paradero:

Debido a que en su momento, los científicos experimentaron con ella, se decidió mantener en secreto su paradero, para así, darle una vida lo más normal posible.

Lo poco que se sabe es que, vive en una institución para adultos en L.A, que la cuida permanentemente, y le brinda los cuidados que necesita.


Susan Curtiss fue la lingüista que le puso el nombre de Genie:

La experta decidió bautizarla con este nombre para que las personas que conozcan su historia, piensen en ella como como un genio encerrado esperando salir, como muchas otras personas podrían estar viviendo ahora.

Genie y ella se apegaron mucho, y aunque en su momento, la madre de Genie pidió que esta la “adopte” las cosas no sucedieron como deseaban, y fue apartada de todos las personas que la querían.


Anisk

Mi nombre es Ana, me encanta escribir post de curiosidades e historias sobre casos reales y misteriosos, Snowy también es mi gata, y estamos obsesionados con ella.
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