Cuando planificamos irnos de vacaciones, es muy poco probable que pensemos en un avión estrellado, pues según las estadísticas, es muy poco común que esto suceda.
Pero si eres de las personas que sobre piensa cada posibilidad, y más aún, si eres un pesimista, este experimento científico puede interesarte, e incluso, salvar tu vida:
En 2012, un grupo de científicos mexicanos, decidió estrellar un Boeing 727 con la finalidad de estudiar los resultados:
El estudio fue planificado por el programa “Curiosity” de Discovery Channel, y tuvo colaboración entre el Reino Unido, Estados Unidos, y Alemania. El experimento intentaba responder a la pregunta:
¿Dónde debo sentarme en un avión, si quiero sobrevivir a un accidente?
El avión estaba repleto de equipos de medición científica y maniquíes de prueba de choque:
Para lograr recolectar toda la información necesaria, el avión fue equipada con instrumentos científicos de medición, 15 maniquíes distribuidos en todo el avión, y cámaras de vídeo.
Para total realismo, el avión incluso tenía equipaje en los compartimientos superiores. De esta forma, se obtuvo un segundo a segundo, de lo que sucede al avión, y a sus ocupantes, cuando algo sale muy mal.
La tripulación se lanzó en paracaídas poco antes del choque, mientras el piloto remoto se encargaba del resto:
Se planificó que el avión se estrellara en el lecho seco de un lago, a una velocidad de 225 kilómetros por hora, después de haber descendido más del doble de rápido, que un avión de combate aterrizando en un portaaviones.
La tripulación se lanzó en paracaídas, para luego dejar a otro piloto volar el avión a control remoto, con la finalidad de estrellarlo.
La idea era romper el avión, y evitar que este se incendie, para recuperar el equipo del interior:
Al estrellarse, el avión rompió la parte delantera por completo, pero como había sido planificado, no terminó incendiado.
La idea era lograr recuperar por completo el equipo, y así también examinar el resultado final después del choque.
El programa “Curiosity” compró el avión por $400,000 dólares, y se eligió este modelo en específico por una inusual escalera trasera debajo del fuselaje que permitía a la tripulación saltar en paracaídas.
Lo primero que notaron es que ningún pasajero de primera clase sobreviviría:
Luego de que el avión se estrellara, los científicos notaron que ninguno de los maniquíes de la zona de primera clase, logró salir con vida.
Esto incluye a los pasajeros de segunda clase, hasta la fila 7, quienes tampoco llegaron a sobrevivir al impacto. El asiento 7 A, fue expulsado por los aires a casi la distancia de dos campos de fútbol desde el avión.
Los pasajeros sentados al medio, terminaron con los tobillos rotos:
Sentarse en las filas centrales del avión pueden asegurarte una mayor posibilidad de supervivencia, pero también lesiones graves.
Los científicos notaron que los maniquíes de las filas centrales terminaron con los tobillos rotos y otras fracturas menores.
Sorprendentemente, el piloto y el copiloto habrían sobrevivido:
Chip Shanle, un ex piloto de pruebas de la Marina, dijo que el ingeniero de vuelo habría fallecido debido al choque, pero el piloto y copiloto podrían haber sobrevivido.
Recordó que un accidente similar en un vuelo de United Airlines, en 1989, dejó un saldo de 111 fallecidos, y 185 sobrevivientes. “La cabina se desprendió de la misma manera, y había 3 pilotos en la cabina, los 3 sobrevivieron” recordó.
Una imagen del interior, muestra como el equipaje de mano se cae y golpea a los ocupantes:
La imagen del interior del accidente muestra el caos que se vive durante el choque. El equipaje de mano se cae de los contenedores superiores sin control, golpeando fuertemente a los pasajeros.
Esto abrió un debate en los científicos, quienes advirtieron del riesgo de los equipajes de mano, cada vez más pesados en los estantes superiores.
La cantidad de polvo que se genera luego del choque puede provocar caos para encontrar la salida de emergencia:
“Puedes pensar que sabes dónde está la salida, pero de repente estás en medio de una nube de polvo de visibilidad cero. ¿Puedes encontrar la salida?” preguntó John Hansman, profesor de aeronáutica.
John también notó que los maniquíes terminaron con una fuerte tensión en la parte inferior de la espalda, para aquellos que se mantuvieron erguidos, mientras que los que mantuvieron una “posición de apoyo”, es decir manos bajo las piernas y cabeza sobre las rodillas, no sufrieron este problema.
Mientras tanto, los maniquíes de la parte trasera del avión, resultaron prácticamente ilesos:
“En términos de seguridad relativa, mi opinión es que la parte delantera de la aeronave es más vulnerable”, dijo a USA Today Anne Evans, ex investigadora de accidentes de vuelo del Reino Unido.
“Mi ubicación favorita sería el medio, sobre el ala o la parte trasera del fuselaje”
Anisk
Mi nombre es Ana, me encanta escribir post de curiosidades e historias sobre casos reales y misteriosos, Snowy también es mi gata, y estamos obsesionados con ella.La DEPRAVADA Fiesta De Madame Rothschild