Nathan Howe es un usuario de Twitter que compartió su historia, conviviendo con una ventana rota en su casa durante años.
Howe siempre estaba posponiendo ese detalle que le molestaba, porque siempre tenía otra cosa más importante que hacer. Estas fueron las consecuencias de no arreglarla a tiempo.
1. Todo empezó cuando unos niños rompieron mi ventana con una pelota
Hace unos 10 años, llegué del trabajo y me di cuenta que unos niños habían roto la ventana de mi sótano con una pelota.
Mi salario apenas me alcanzaba para vivir, por lo que tener una “casa perfecta” no era una de mis prioridades, así que dije: “Algún día arreglaré esa ventana”.
2. La ventana empezó a molestarme, así que decidí cotizar una reparación
Conforme pasó el tiempo, la ventana rota empezó a molestarme, así que empecé a cotizar a varias empresas de reparación.
Algunos no me contestaban, otros me ofrecieron modernizar todas mis ventanas para obtener más claridad, pero me dijeron que costaría $15.000 dólares.
3. Los bichos empezaron a proliferar en mi sótano
Como no estaba dispuesto a gastar un dineral para modernizar las ventanas de mi sótano, decidí abandonar la idea y me convencí de que algún día yo mismo la repararía.
Mientras tanto, cientos de bichos, abejas y moscas proliferaban en mi sótano.
4. La idea de la ventana rota comenzó a perseguirme a todos lados
Durante años, la ventana rota se convirtió en un “monstruo” que me generaba estrés cada vez que la recordaba.
Cuando pasaba por alguna ferretería era inevitable pensar en la ventana rota. Pero jamás hacía nada porque no tenía dinero y estaba demasiado ocupado para arreglarla yo solo.
5. Después de cinco años, finalmente tuve que hacer algo
Después de cinco años, mi esposa y yo tuvimos una oportunidad de trabajo en otro estado y teníamos que mudarnos.
Sin embargo, ningún banco nos daría un préstamo hipotecario con una ventana rota, así que tuve que animarme a reparar la ventana en un fin de semana.
6. Logré retirar la ventana en 20 minutos
A pesar de no tener experiencia, descubrí que desarmar la ventana no era cosa del otro mundo y luego de 20 minutos.
Llevé el marco a una vidriería y me cobraron 12 dólares por reemplazar el vidrio.
7. Pude haberme ahorrado tanto estrés durante años
Me costó 12 dólares arreglar un problema que me persiguió durante años.
Pude haber vivido en una casa sin bichos y ahora la he arreglado para que otras personas se sientan cómodos.
8. Muchos tenemos una "ventana rota" que está deteriorando nuestra vida
La historia de mi ventana rota es real, pero también sirve como lección para las personas que sufrimos de ansiedad o depresión.
Sabemos que tenemos una “ventana rota” que está deteriorando nuestra calidad de vida, pero elegimos no arreglarla por diversas razones.
Sin embargo, muchas veces cuando decidimos afrontar nuestros problemas y los solucionamos, nos damos cuenta de la cantidad de sufrimiento que podríamos habernos ahorrado, si tan sólo hubiésemos actuado antes.
