El Laboratorio de Dexter fue un programa que marcó un antes y un después en la vida de muchos televidentes.
Sin embargo, cuando éramos niños, no entendimos algunos chistes, que ahora tienen mucho sentido.
1. Arnold tenía un control remoto para controlar TODO
Arnold tenía un control remoto ‘Universal’, para controlar todo en su habitación.
Desde controlar su TV, sistema de sonido, luces y hasta compartimentos secretos.
Arnold adoptó el concepto de ‘Domótica’, mucho antes de que se ponga de moda.
2. Arnold tenía un sofá secreto en su cuarto
Uno de las cosas más geniales, era el sofá secreto, que salía despedido de una de sus paredes.
Esto hacía su habitación más espaciosa, cuando no estaba usando el sofá.
3. Arnold tenía una escalera que le daba acceso al techo
Las escaleras que estaban a los pies de su cama, eran bastante geniales.
Estas hendiduras en la pared, le permitían escalar hacia su tragaluz, donde tenía una ventana que le daba acceso exclusivo al techo del edificio.
4. Arnold tenía un despertador que funcionaba con patatas
En su estantería junto a su cama, Arnold tenía muchas cosas ingeniosas, entre ellas, un despertador eléctrico, que consume energía a través de dos patatas.
Este es un experimento clásico de escuela, que demuestra que Arnold era un chico aplicado.
5. Arnold tenía una pecera en un dispensador de agua
Este artilugio casi siempre se veía de fondo en alguna escena.
Arnold recicló un bidón de agua, para convertirlo en una pecera. Algo típico de él.
6. El cuarto de Arnold no era tan caliente como piensas
Una de las críticas a este cuarto por el público adulto, fue el gran ventanal en el techo. Era una gran fuente de calor.
Sin embargo, no nos olvidemos que Arnold pasaba la mayor parte del tiempo en la calle, y al volver, siempre prendía el aire acondicionado.
7. Arnold tenía un sistema de sonido potente
Arnold era un fanático de los gadgets tecnológicos.
No sólo tenía una computadora, que ya por si es demasiado para un niño en aquella época, sino que tenía un equipo de sonido potente, con el que pudo organizar varias fiestas en su azotea.
8. Arnold guardaba su dinero en un lugar ‘inimaginable’
De nuevo, este no era un detalle recurrente, pero sí que fue un guiño ingenioso.
Arnold guardaba su dinero extra, en un bote que decía: “Esto no es dinero”.
Lo máximo en seguridad.
