7 Datos del ‘Príncipe Saudí’ que robó 8 millones que resultó ser un estafador colombiano

Anthony Gignac nació en Bogotá, Colombia, y dedicó toda su vida a estafar, fingiendo ser Khalid Bin Al-Saud, el “futuro sultán”.

A continuación te presentamos los detalles sobre los millonarios robos, y la absurda forma en que fue descubierto:

Anthony se crió en las calles de Bogotá hasta que fue adoptado por una familia de Michigan:

Cuando tenía 7 años, él y su hermano menor, fueron resctados de las calles por una familia de clase media.

Los hermanos sobrevivieron a la pobreza extrema durante 2 años, y fue Anthony quien se ocupó de cuidar a su hermano menor durante este tiempo.


La primera vez que usó una falsa identidad, tenía tan solo 12 años:

El entonces adolescente fingió ser hijo de un príncipe saudí, y convenció de esta forma a un vendedor de autos que lo dejara probar un vehículo.

Y a partir de los 17 años, comenzó a estafar compañías de tarjetas de crédito, bancos, pequeños comerciantes e inversores.


Estafó al Beverly Wilshire Hotel con 11.000 dólares:

Se alojó durante cuatro días en el lujoso Beverly Wilshire Hotel, en Los Ángeles, el “príncipe saudí” ordenó todo tipo de comidas y bebidas exclusivas, y utilizó la limusina del hotel para recorrer la ciudad con estilo.

Además, realizó compras extravagantes: gastó 11.300 dólares en una tienda de lujo y otros 17.691 dólares en otra boutique. Pagó todo con tarjetas de crédito fraudulentas. Poco después, fue arrestado y condenado a tres años de prisión.


Fue cambiando de ciudad, pues ya era conocido por sus estafas:

Luego de ser liberado viajó a Florida, iniciando su plan de estafas con tarjetas de crédito hasta llegar a Miami.

En el Grand Bay Hotel, Miami, terminó con una deuda de 27 mil dólares. Fue arrestado un total de 11 veces a lo largo de su vida como “príncipe saudí”.


Su arresto final fue en un hotel de lujo de Aspen, que pretendía "comprar" por 440 millones:

¡Has insultado mi honor! —gritó a la policía—. ¡Mi padre, el rey, se va a enfadar mucho! ¡Así no se hacen negocios con la realeza!

El arresto ocurrió, gracias al multimillonario Jeffrey Soffer, quién esperaba venderle el 30% del famoso hotel Fontainebleau en Miami Beach.


El multimillonario sospechó de Anthony, cuando este pidió un platillo con cerdo:

Mientras comían en un restaurante, el príncipe saudí ordenó prosciutto, un jamón italiano elaborado con cerdo, comida prohibida para los musulmanes.

Este y otros detalles, se fueron sumando a la sospecha de Jeffrey, quién finalmente elaboró todo un plan para atraparlo.


Jeffrey encontró la placa diplomática falsa de Anthony, por 79 dólares en EBay:

Mientras la sospechas del multimillonario crecían, descubrió que la placa diplomática del Ferrari de Anthony era falsa.

Llamaron a la familia real saudita para confirmarlo, y esos respondieron con un rotundo “No, ¡NO!”


Los investigadores descubrieron que se trataba de un fraude al ver una foto del hombre: “lo delató su dentadura”.

El Servicio de Seguridad Diplomática (DSS) explicó que los miembros de la realeza del Medio Oriente cuidan mucho su salud dental, algo que de manera evidente Anthony no hacía.

En ese momento, se estimaba que Anthony había estafado a sus víctimas por casi 8 millones de dólares a través de una supuesta preventa privada que prometía ser la oferta pública inicial (IPO) más grande de la historia: la del gigante petrolero saudí Aramco.


El hombre fue arrestado en 2017, y fue condenado a 18 años de prisión:

Anthony enfrenta cargos de fraude, usurpación de identidad y suplantación de un diplomático extranjero, está cumpliendo su condena en una prisión federal en Estados Unidos.

Se le ordenó pagar más de 8 millones de dólares en restitución a las víctimas de su estafa, pero no existen registros de ningún pago.


Anisk

Mi nombre es Ana, me encanta escribir post de curiosidades e historias sobre casos reales y misteriosos, Snowy también es mi gata, y estamos obsesionados con ella.