12 Cosas que le pasaron al hombre que Vivió con un Cocodrilo por 23 años

Si domesticar gatos resultó ser una tarea complicada para nuestros antepasados, domesticar un cocodrilo podría resultar imposible.

Menos para esta persona, que logró lo inimaginable, domesticar a uno de los depredadores más violentos de la madre naturaleza:

El pescador encontró al cocodrilo moribundo y decidió llevárselo:

Aunque las primeras intenciones de Gilberto Shedden, mejor conocido como “Chito”, no eran las mejores (pretendía usar su cuero), pronto sentiría pena por él y lo alimentaría por 3 años, hasta su completa recuperación.

Al parecer Pocho (cocodrilo) había estado comiendo el ganado de un lugareño, y este le disparó, dejándolo moribundo (Costa Rica, 1993).

“Yo le daba de comer pollos. Al principio estaba todo feo, flaco y desnutrido y después ya se puso gordito”.


Luego de su recuperación, Chito liberó a Pocho, pero este lo siguió hasta su casa:

Chito lo liberó cerca de un río para darle libertad, pues ya estaba completamente recuperado.

Cuando se despertó la mañana siguiente, Chito no podía creerlo, Pocho estaba en la entrada de su casa, esperándolo. Después de eso, intentó liberarlo un par de veces, pero este volvía otra vez.


Pocho lo invitó a nadar con él:

“Lo iba a ver todas las noches, y una vez se me quedó viendo como invitándome a entrar al agua con él, entonces me metí a nadar”

Hasta el momento, Chito es la única persona de la que se tiene registro, ha logrado nadar, y tocar a un cocodrilo del tamaño de Pocho sin ser atacado. Este pesaba 445 kilos, y medía 5 metros de largo.


Chito logró enseñarle trucos a Pocho:

Su amistad y relación fue tan increíble, que Chito logró enseñarle ciertos trucos a Pocho, dándole besos, abrazándolo, y colocándolo encima de él, para nadar juntos bajo el agua.

Incluso Pocho hacía caso a su nombre cuando este lo llamaba.

Pronto comenzaron a presentar shows, para las personas que admiraban su relación, algo que algunas personas criticaron, pues consideraban que Chito estaba aprovechándose de la situación.


Su primera esposa lo dejó por pasar tanto tiempo con Pocho:

Chito contó a NATGEO que su primera esposa lo dejó, pues consideraba que estaba “loco” por pasar tanto tiempo con un cocodrilo.

Con su segunda esposa encontró comprensión, pero de igual manera salía a escondidas de su casa para nadar con Poncho a mitad de la noche en la laguna, momento en que los cocodrilos son doblemente agresivos.


Su hija, Shakira, creció junto a Pocho:

Chito le tenía tanta confianza al cocodrilo, que permitía que su pequeña hija se acercara a él para acariciarlo.

Aunque nadie más tenía permitido nadar con el reptil, pues el riesgo de ser atacados en el agua aumenta de manera considerable.


Pocho nunca lastimó, o intentó lastimar a Chito:

Chito recuerda que su amigo cocodrilo siempre se mostró agradecido de que este le salvara la vida. Aprendió a entenderlo, mirando sus ojos, y de esta forma sabía si estaba feliz, o nervioso.

“Nunca trató de hacer nada contra mí, y uno compara a veces con personas que uno les a ayudado y le quedan mal. Hay animales que son más buenos que la gente” dijo.


Para alimentarlo, lo golpeaba suavemente con la comida:

De esta forma, Pocho entendía la diferencia de Chito acercando su mano con comida (golpe suave), y acercando su mano para tocarlo (caricias).

“De esa manera, él asocia el pequeño golpe con comida, y si lo toco gentilmente, él sabe que no es comida, así que no me morderá”.


Cuando Chito viajaba, Pocho se deprimía:

La relación de amistad que ambos tenían era tan fuerte que Pocho se deprimía si Chito se ausentaba:

“Teníamos una cierta química. A veces yo me iba una semana y Pocho estaba decaído, pero apenas aparecía y me asomaba entre los árboles, él entraba en acción” dijo a El Mundo.


Pocho falleció en 2011 y sus fanáticos le hicieron una gran despedida:

Luego de que sus fanáticos realizaran una celebración para despedirse del cocodrilo, la familia tomó la decisión de disecarlo.

Esto a pedido de todos aquellos lugareños, y turistas de todo el mundo, que esperaban seguir visitándolo, en el lugar que sirvió como su hogar por 23 años.


El taxidermista descubrió que aún tenía la bala alojada en el cerebelo:

Jorge Porras, experto en taxidermia reveló que, al examinar el cuerpo de Pocho, descubrió que la bala que casi le quita la vida, estaba alojada en el cerebelo.

El cerebelo es el responsable de conectar los nervios, y él cree que esto pudo alterar sus instintos agresivos.


Chito cree que el espíritu de Pocho aún continúa en su casa:

Aunque ya ha pasado un tiempo desde que Pocho falleció, Chito sigue sintiendo la pérdida de su amigo.

Mencionó que a veces ve sombras en el lago que lucen como Pocho, “Él se fue, pero quedó aquí su espíritu” mencionó.


Anisk

Mi nombre es Ana, me encanta escribir post de curiosidades e historias sobre casos reales y misteriosos, Snowy también es mi gata, y estamos obsesionados con ella.
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