Los niños nos dicen mucho sin palabras a través de sus dibujos. Allí expresan sus sentimientos y emociones que no suelen comentarnos.
Pero, ¿Cómo interpretarlos?, en las noticias se han escuchado casos de niños abusados o maltratados que a través de sus dibujos pedían ayuda, pero nadie lo notó:
A partir de los 5 años, los niños son capaces de dibujar figuras humanas identificables:
Los niños comienzan creando garabatos a partir del año y medio, ellos aún no tienen la capacidad de crear formas, figuras y objetos, pero esta supone la primera expresión gráfica de futuros trazos.
Es a partir del 5to año cuando las formas se consolidan. Los niños suelen añadir ojos, boca, cabello, extremidades superiores e inferiores, aunque la nariz y las orejan pueden tardar un poco más, entienden las dimensiones, más grande, y más pequeño.
1. El espacio que hay en el dibujo refleja el nivel de confianza en si mismo:
En general, cuando el niño ocupa todo el espacio es asociado a confianza, seguridad y ganas de explorar su entorno.
Cuando el espacio que ocupa es reducido a una zona en concreto, o los garabatos son pequeños, es asociado con retraimiento, timidez e introversión.
2. El trazo sobre papel también nos da una idea de su personalidad:
Un trazo firme y seguro al hacer el garabato puede significar ganas de explorar, soltura de movimiento, y buena predisposición al juego y a aprender.
Un trazo con exceso de presión o velocidad, es un indicador de impulsividad y/o falta de control.
3. ¿Mayor tendencia a dibujar líneas rectas o formas onduladas?
A partir de los 5 años los niños ya aprendieron a realizar líneas o formas redondas u onduladas. Las líneas rectas largas trazadas de esquina a esquina sobre el papel (en especial si son ascendentes) pueden ser indicadores de cierta agresividad hacia el exterior o falta de control de sus impulsos.
Los trazos con predominio de formas onduladas o redondeadas son propios de niños que tienen un mayor control sobre sí mismos, y suelen tener mayor complicidad afectiva con sus figuras de apego.
4. La presencia de dientes muy destacados, brazos largos con manos cerradas, destaca agresividad y desobediencia:
Los niños que tienen una tendencia a la agresividad y/o desobediencia, suelen dibujar a las figuras humanas con dientes muy prominentes, brazos largos con manos cerradas, o garras en lugar de dedos.
Sus trazos rectos son muy alargados y en sentido ascendente, y tienen una marcada asimetría al dibujar personas. También cuando se trata de letras, números, signos o cualquier otro objeto repetido, que sigue una progresión ascendente en su tamaño.
5. Dibujar a alguien con brazos cortos o sin ellos, representará un temor hacia esa persona:
Cuando se trata de niños que sufren ansiedad o temores, estos suelen dibujar cosas pequeñas, usar poco espacio en la hoja, y tener un trazo indeciso.
Si se dibuja así mismo dentro de una casa, vehículo, etc, está representando un lugar que le proporciona cobijo frente a un mundo externo que lo asusta.
La ansiedad se representa en el sombreado de la cara (parcial o completo), así como la poca expresividad en los rostros dibujados.
6. Un niño motivado suele dibujar brazos abiertos y caras sonrientes:
Un niño motivado para el aprendizaje y la escuela, suele hacer dibujos con muchos detalles, en este sentido los rostros suelen tener ojos grandes, sonrisas, el cuello, brazos abiertos, y piernas definidas.
Estos pueden ir acompañados de pequeños animales en el entorno, que van desde caracoles, mariposas, hormigas, etc.
7. Un niño egocéntrico suele dibujarse a sí mismo de mayor tamaño:
Cabeza grande y formas muy exageradas, se dibuja a sí mismo primero y es notablemente más grande, cuando se trata de un dibujo familiar.
El niño dibuja primero a la persona con la que tiene un mayor vínculo emocional, la hará más grande que el resto y tendrá una gran sonrisa en su rostro.
El personaje dibujado en ultimo lugar, tiene más importancia si se trata de si mismo, pues esto indica un alto grado de desvalorización hacia sí.
8. En un dibujo familiar, si las figuras tienen proximidad, representa armonía familiar:
“Las figuras juntas representa proximidad, armonía familiar. Si están sueltas, se está mostrando algún tipo de distancia afectiva, emocional”.
“Cuando siente rechazo hacia algún miembro de la familia lo pintará más alejado y si percibe el entorno como inestable o le produce dolor, decide a veces no pintarse a él mismo” explicó la psicóloga María Luisa Ferrerós.
9. Un niño inseguro dibuja manos pequeñas y/o pegadas al cuerpo:
Los dibujos con piernas delgadas o inestables, así como manos pequeñas que pueden o no estar muy cerca del resto del cuerpo, suelen mostrar a un niño inseguro.
“Pinta tan fuerte que llega a romper la hoja, tacha sus propios dibujos, o solo usa colores como el rojo y el negro” son otras señales de algo “anómalo” en su comportamiento.
10. El árbol se interpreta como la proyección del propio yo:
La apariencia de su tronco, el grosor, color y tamaño, nos dan una pista de la percepción del niño sobre sí mismo:
“Un niño introvertido haría una copa pequeña, uno extrovertido, grande y uno agresivo con pinchos. Las raíces son lo que te conecta con tu familia. Si no hay raíces, el árbol es inestable en la base o no hay tierra, quizás el niño perciba poca comunicación en la familia”.
“Si es excesivamente grande muestra cierta tendencia a desafiar las normas y cuestionar la autoridad. Una copa más grande que el tronco (tiene una gran imaginación), colores adecuados, frutos o animales, se trata de un niño más socializado”.
10. Dibujos borroneados destacan inseguridad o cierto afán al perfeccionismo:
Borrar continuamente está relacionado a niños y niñas con auto-insatisfacción e inseguridad, o también a una obsesión con la perfección.
El uso frecuente del borrador, nos alerta que los niños están siendo presionados por la perfección, y esto provoca insatisfacción e inseguridad.
Recuerda que los datos expuestos solo entregarán pistas para orientar, una evaluación psicológica es necesaria para determinar un resultado:
Es importante tener presente que solo un profesional de salud mental, está capacitado para interpretar un dibujo infantil.
Esto se debe a que la evaluación de los dibujos no se debe hacer de manera aislada, que incluye preguntarle al autor qué dibujo, y compararla con otros dibujos anteriores. El psicólogo hará un análisis completo para determinar un resultado valedero.
