A veces, las fotografías virales que nos sacan una sonrisa o una lágrima, llegan a situaciones inimaginables, algunas positivas, y otras que terminan siendo como la historia de Murtaza, una pesadilla.
Murtaza Ahmadi era un niño de 5 años que saltó a la fama tras posar con una bolsa, que imitaba a la camiseta de Messi:
En enero de 2016, Murtaza, un niño afgano que, como muchos niños pequeños, admiraba a Messi, vistió una camiseta de plástico que su hermano le había “confeccionado”.
Luego de que su hermano mayor le diseñara la camiseta, a partir de una bolsa de basura, escribió el número 10 de Messi, y llamó a Murtaza para que la usara.
Hamayon, su hermano mayor, le tomó unas fotos y las subió a Facebook, para cuando se dio cuenta, las imágenes se habían vuelto virales:
Murtaza era admirado en todo el mundo, su imagen fue compartida millones de veces, y logró que muchas personas se conmovieran al verlo.
La historia que le dio la vuelta al mundo, llegó a oídos de Messi, quien también se conmovió con la imagen.
Pero no todos estaban conmovidos, los vecinos de Murtaza se burlaban de él por haber vestido una bolsa:
“Todo el mundo se metía conmigo, me decían que vestía con plástico” relató el pequeño Murtaza.
Arif, su padre, también recuerda que la gente comenzó a criticar sus circunstancias económicas, “La gente decía que ni siquiera podía comprarle una camiseta a mi hijo” relató molesto.
Dos cajas de regalo, fueron el detonante para la pesadilla que vivió la familia de Murtaza:
“Oí el rumor de que (Messi) quería conocerle” relató el hermano mayor, y pronto llegaron dos cajas, enviadas por gente cercana a Messi.
“Cuando vi las cajas por primera vez pensé que una tendría juguetes para Murtaza y la otra dólares” admitió Arif, pero no, “un balón y una camiseta” termina relatando.
Sus vecinos comenzaron a creer que Messi los había hecho ricos
La familia Ahmadi comenzó a tener miedo, pues debido a los rumores, la gente comenzó a merodear su casa por la noche.
“La gente que pasaba por el pueblo preguntaba que cómo vivía, que si Messi nos había mandado mucho dinero” lamentaba Arif.
Los talibanes amenazaron a su familia, si no entregaban parte de la supuesta donación de Messi:
La familia Ahmadi decidió huir hacia Pakistán, y al pedido de asilo adjuntaron una carta de los talibanes amenazando con capturar a su familia, pero el pedido de asilo nunca fue atendido.
La desesperada familia debió volver a Jaghori, temiendo por sus vidas, y en peor situación, pues habían vendido el auto que tenían, una propiedad, y las tierras familiares.
Mientras el terror se apoderaba de esta familia, Murtaza recibió una invitación para conocer a Messi:
7 meses después, Murtaza cumpliría uno de sus sueños, conocer a Messi en vivo y en directo, y verlo jugar mientras saludaba a otros jugadores.
El pequeño viajó a Doha, y las imágenes de él abrazando y tomando de la mano a Messi volvieron a recorrer el mundo entero, conmoviendo a todo aquel que los veía.
"Le dije que me quería quedar con él" relata Murtaza:
“Le dije que me quería quedar con él, que quería jugar con él. Él me decía que me fuera con mi padre, pero no entendía su lengua” rememora Murtaza.
Su madre incluso relató en la entrevista con B/R, que Murtanza le dice que ama más a Messi que a ella.
Su padre estaba feliz por estar en Qatar, viendo a su hijo conocer a su ídolo, y dándole el balón con el que dos grandes equipos jugarían, pero aún esperaba más.
Arif esperaba que Messi haga lo que Ronaldo había hecho con un niño refugiado sirio:
Arif, había escuchado sobre la historia de Zaid Abdul, un niño refugiado sirio que tomó la mano de Cristiano en el Bernabéu, y cuya familia recibió asilo en España.
Se rumoreaba que Ronaldo le había dado “gigantescas donaciones” y el padre de Murtaza esperaba lo mismo para su hijo.
“Fuimos a Doha para que Messi pudiera hacer algo por él. Pero no hizo nada por Murtaza”.
Al regresar a casa, las amenazas de secuestro no se hicieron esperar, la gente estaba segura que la familia de Murtaza había recibido una gran donación:
“La gente me decía que tenía mucho dinero de Messi” relata el pequeño, quien, a menudo era detenido en la calle y le preguntaban si era el “pequeño Messi”
Asustado, Murtaza lo negaba y decía que era el hermano, pues temía ser secuestrado.
“Militantes en la región estuvieron llamando y diciendo: ‘Te has vuelto rica, paga el dinero que recibiste de Messi o nos llevaremos a tu hijo” comentó la madre durante una entrevista.
Debió abandonar su casa, y refugiarse temporalmente a Kabul:
Dejó de ir a la escuela, y dejó de salir a la calle para jugar, incluso tuvo que ser enviado a casa de su tío, quien vive a más de 300 km de distancia. Allí jugaba con sus primos, pero se limitaba a hacerlo dentro de la casa.
Las amenazas de secuestro provocaron que la familia llegue a este extremo, pues temían por la vida de Murtaza, y el “pequeño Messi” debió permanecer oculto por más de un año en este lugar.
Pero debido a los continos ataques y bombas, decidieron que era más seguro para Murtaza volver a Jaghori.
Su familia dice que esta situación terminó siendo negativa para todos, en especial para Murtaza:
“Él era un niño muy alegre y conversador, ahora no habla mucho, este tipo de situaciones en otro país puede ser una gran oportunidad, pero para nosotros fue una amenaza” comentó el tío de Murtaza, “No debió sucedernos” añadió.
“Ya no vivimos tranquilos” comentó Arif, mientras que Murtaza dice que aveces le molesta no poder salir a jugar al patio de su casa, pero que volvería a usar la camiseta de plástico porque ama a Messi.
Actualmente regresó a su hogar, y ya tiene 9 años, aún espera poder volver a ver a Messi.